En el Portal del Yunque.
El 5 de junio fuimos junto con la Manada de "Boy Scouts" a una excursión a El Yunque. Primero estuvimos en El Portal donde los niños contestaron unas preguntas relacionadas a la exhibición.
Luego nos almorzamos unos emparedados que habíamos comprado en una cafetería antes de empezar a subir.
Subimos en carro hasta el último estacionamiento y nos preparamos con todos nuestros motetes para subir al Pico del Yunque, donde pernoctaríamos hasta el domingo.
Justo antes de salir. A pesar de que nos llevamos lo mínimo, Javier llevaba una carga bien pesada y a Clara que aunque es flaquita es maciza la cargó la mayor parte del tiempo.
Colocaron a Esteban y Marcos en el tercer y cuarto lugar, luego nosotros, pero solo ellos dos pudieron mantener el paso.
Como pueden ver, íbamos casi últimos.
Luego de 20 minutos caminando uno siente cansancio pero uno tiene que pensar en otra cosa. Subimos como 3 o 4 horas por veredas estrechas en piedra. Así un poco es la vida. Uno a veces siente la carga pesada y hay que seguir, no hay marcha atrás aunque no conocemos nuestro destino, no sabemos si va a valer la pena. Yo sé que sí.
Antes de salir nos explicaron cuantas horas y hasta donde ibamos a caminar, decidí irme en sandalias porque los tenis pesaban mucho, tambien dejé la payama y el abrigo.
Hicimos varias paraditas cortas para esperar a los que íbamos mas atrás.
Se desviaron un poco para ver esto.
Merendando, ya faltaba como una hora.
Nos comimos la otra mitad del emparedado, y ya no teníamos mas que leche, cereal y barras de granola. Eran como las 3pm.
Este camino era un poco difícil de caminar y me concentré para no llevarme un dedo o doblarme el tobillo.
Yo llevaba a Giuliana solamente porque Velma y otros de su familia me cargaron una mochilita pesadita y unas cobijas.
La llegada triunfal...
La buena señora.
El friíto, la emoción de haber llegado a nuestro destino y que el sitio tuviera un carácter tan mágico y misterioso,hizo que a los niños se les quitara el cansancio. Como si fuera mental. Se pusieron a corretear y a jugar a esconder hasta la noche.
Montaron las casetas.
Aquí se puede ver un poco lo alto que estábamos, realmente estábamos en las nubes.
Giuliana llegó dormida y ahí durmió una gran siesta como si tambien hubiese caminado.
El tocapalo era en el portalito de la estructura misteriosa.
La foto no está borrosa está con mucha neblina.
Para tranquilizar a los niños un poco, les leí un cuento "El libro de Clara". Fue divertido porque en una parte se encuentran con unos "scouts".
Carlos el líder de los wibelos les contó de cuando el era un cobito en El Salvador.
Mientras hacía las historias de serpiente cascabel, lobos y linces, me alegraba y le daba gracias a Dios de vivir en un país donde no tenemos animales de que preocuparnos.Recalco esto porque más adelante les tengo que hacer una historia. Todos nos preguntabamos cuando darían la orden de irse a dormir. En cuanto Carlos acabó de contar su historia, Wigberto, el líder de la manada dijo ok a dormir. Nunca había visto tanta autoridad, ningún niño protestó, todos se acostaron y se durmieron.¿Cómo dormimos? Ya les cuento....en una próxima entrada.
!Que aventura! Ya quiero saber el resto de la historia. Está muy bien que puedan disfrutar de éste tipo de aventuras en familia, incluyendo a las chiquitas.
ResponderEliminarGracias por leer un poco de nuestras aventuras, me animas a seguir escribiendo. Cariños, Francheska
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