lunes, 30 de noviembre de 2009

Diario viejo


Hola, estuve revisando si había algún comentario de entradas antiguas y encontré 2 uno de Vanessa en la entrada que pregunto por pañales de tela, a los interesados en este tema léanlo, gracias Vane. Otro de María y Luis de Encuentro Matrimonial pidiendo a Javier que pusiera fotos de sus cuadros. y lo hice. Configure el blog para poder enterarme si escribieron, de una forma más eficiente. Les quiero dar las gracias a todos los que leen el blog y me han escrito comentarios (kakies, Marines, Vanessa), me animan a seguir escribiendo o a los que como Isila y Debbie me lo dicen. Como pueden ver no estoy escribiendo muy a menudo pero trataré de ponerlos al día. Si quieren que les llegue la nueva entrada por correo electrónico cada vez que yo escriba algo, déjenme un comentario diciéndolo, no tienen que escribir su nombre de correo a mí me llega.

La verdad es que al igual que muchas personas, yo tambien quería compartir mis fotos aunque fueran de hace un mes. La exploción:
La noche de la explosión estabamos realmente cerca, y al lado de esta puerta corrediza que miren como quedó.


Gracias a Dios ya todo pasó. Pero esa noche me había quedado dormida a los pies de la cama donde dormían los nenes y Clara que tambien me estaba acompañando y se durmió. Me desperté aturdida y de pronto se apareció Javier consternado y medio dormido diciéndome que se había caído un árbol en la casa, que parece que hubo un temblor. Javier comenzó a mover a todos los nenes de cama porque vio que el "árbol" había roto la puerta corrediza. Yo fui con calma y no sentí vidrios pero vi cosas en el piso, cuando miré bien eran pedazos de madera (como la que ven en la foto). Cuando abrí la cortina sí que me asusté, vi un cielo amarillento y parpadeante. Pensé: una Bomba Atómica! Respiré hondo y traté de calmadamente enseñarle a Javier lo que pasaba afuera. El, que es muy rapidito, sin yo poder hacer nada, abrió la puerta de entrada y arrancó a correr. Aiii, la radiación ahora sí que nos chavamos. Ni siquiera pude pararlo para decirle que se debía poner algo más de ropa. El le dio la vuelta al monte y volvió en un dos por tres, como quien fue un campeón triatleta y me trajo mejores noticias. Pero luego me paniquíé al pensar que podían explotar más tanques, empecé a rezar, y como 2 horas después me quedé dormida. Ninguno de nuestros hijos se despertó. Gracias a Dios ya todo es historia.

1 comentario:

  1. Definitivamente no fue una buena experiencia pero que mucho me reí con el árbol jamás me hubiese pasado por la mente que fue un árbol!

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