Preparándonos en el cuarto de hotel Copamarina para ir a la Isla de Guilligan.
Esperando el ferry en el muelle.
El paseo en el "ferry" era lo "suficientemente lento para disfrutar el paisaje"(dicho por: depuertoricopalmundo.blogspot.com.) Esperaba que en algún momento la lancha arrarcaría pero no. Mejor así, el mar estaba tranquilo, el viento soplaba suave y las nubecitas dando su sombrita.
Llegamos a Cayo Aurora (Isla de Guilligan). Vean en eyetour.
Nos calló un aguacero, bueno, 3. Estábamos preparados con sombrillas y bolsas negras para la basura.
Toda esa agua no impidió que disfrutáramos de la belleza de esta playita-mangle.
El agua es transparente y el paisaje relajante.
Nos regresamos luego de como 2 o 3 horas porque volvió a llover y no parecía que iba a parar.
Entre ratos, en el hotel viendo balmpié.Nos lo disfrutamos mucho.
Después de almorzar y un bañito, dimos una camina---ta por Bahía Ballena.
Violinistas en una parte del camino, muchos.
Mi suegra decía que parecía de una película de horror. No se podía caminar recto sin mirar el piso, pues hubiésemos pisado unos cuantos cangrejitos.
Esta fue la última noche en el hotel, nos volvimos a bañar y nos pusimos lindos para ir a cenar en el Restaurante Alexandra, allí mismo en el hotel. La cena estuvo riquísima, todos pedimos pescado excepto los nenes.
A y A, gracias por esas fabulosas vacaciones.
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