viernes, 25 de febrero de 2011

Celebración cumpleaños Clara y Bisa

Luego de ver como le gustaron los caballos a Clara, decidimos hacerle el cumple de caballos, vaqueros, etc..


Este hermoso caballo no es nuestro, Cacique es de unos vecinos muy generosos.



Ya casi al final de la fiesta recordé tomar algunas fotos de la mesa de los bizcochitos (vainilla, guineo, chispas de chocolate con frosting de chocolate) y entremeses.


En enero tambien cumplió mi abuela, la bisa de los nenes. aquí frente a su bizcocho, un moose de vainilla con un siroupe de guayaba, deli. Se lo regaló ese señor, hijo (postizo) de mi abuela. Lo compró en Super Cake

Aquí con un Padre de la familia, P. Felo

Aquí con  todos sus bisnietos.

viernes, 11 de febrero de 2011

Cumple de Clara en enero

Me acosté tardísimo haciendo esta faldita y un bizcochito para la cumpleañera. 

¡Felicidades!
El bizcochito parece mas bien una dona grande. Tienen permiso para reírse, yo me reí muchísimo, cuando salió del horno el "fallen chocolate soufflé cake". Javier le contó a un artesano que su esposa hacía cosas, hasta bizcochos y le enseñó orgulloso unas fotos de este bizcochito. Cuando yo me enteré, luego de morirme de la vergÜenza, me morí de la risa pensando lo que tiene que haber pensado el señor, que Javier me ama demasiado para ver la realidad.


Este bizcocho es bien chocolatoso y tiene una textura diferente a la de los bizcochos. Realmente lo que más me preocupó cuando salió fue su tamaño pues no parecía que fuera a rendir ni para nosotros seis. Acompañado con helado o un vaso de leche era justo y necesario.
Unas personas muy amables de una vaquería en Fajardo nos permitieron tener un día especial y diferente. Las vacas llegaban solas en filita india al área donde toman agua y luego donde las ordeñan.

Todos observábamos como este animal majestuoso y apacigÜado llegaba al cerco, tomaba agua y esperaba paciente e impacientemente el alivio de vaciar la leche de sus ubres y su ración de comida.

 Montaron a caballo...



 Claro que probamos la leche recien salida y fría, riquísima. Sabía como la leche fresca pero sin ese sabor a plástico que tiene la que uno compra en el colmado.




Esta niña tiene ya cuatro años, es hermosa, inteligente, generosa, simpática y con una personalidad única. Increíble que aún recuerdo esa medianoche cuando nació nuestra niña (1). Llegué al hospital y una hora después la paría. De bebé no lloraba por nada, era tranquila y observadora, ahora es una picoreta, juguetona y conversadora. 
 Hasta con el gato se divirtieron.




Gracias Doña Aurea y a tu hijo que nos atendió con tanto cariño y dedicación.
Gracias.